Un día puede ser un momento más,
un día puede tener el color que diga tu corazón,
nublado, lleno de vida,
azul como las ilusiones,
rosa como los sueños,
pero un día siempre será un instante,
si todos los días de tu vida son iguales,
al final de tu vida,
en ese parpadeo de un segundo,
te habrá parecido que has vivido
un solo día de tu vida.

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Haz de cada día un instante único,
quizás sólo lo consigas con una mirada,
con una sonrisa, con un pensamiento,
Pero intenta que cada día sea
una foto única en el paseo de tu vida.

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Si en algún momento de esa vida,
he pasado por allí, me conformo
con haberte proporcionado esa sonrisa,
ese pensamiento, ese brillar de tus ojos.

Vivimos en un mundo donde todos parecen preocuparse por el éxito. La televisión, la Internet, la radio y las revistas nos dan una visión de conjunto de los ganadores —y de los perdedores— del mundo.


Pero, ¿qué significa tener éxito en la vida? Es más, sabiendo cómo ve el mundo a las personas exitosas, y considerando las maneras negativas como se esfuerzan muchos para lograr el éxito personal, ¿es una aspiración correcta el desear tener éxito?
Déjeme responder a esa pregunta desde el principio: Sí. Como seguidores del Señor Jesucristo, no sólo tenemos permitido luchar por lograr el éxito; estamos llamados a hacerlo. Dios está inmensamente interesado en nuestros triunfos, pero, como seres pecadores, a menudo tenemos cierta confusión en cuanto a esto.


Por tanto, debemos empezar por tener claro lo que es una buena y verdadera definición del éxito.
¿Qué es el éxito?
La mayoría de las veces, el mundo define a esta palabra simplemente como la capacidad de una persona de lograr sus objetivos personales. Por ejemplo, un entrenador de fútbol se considerará exitoso si gana todos los partidos. O un estudiante si logra la máxima calificación en cada asignatura. Por eso, puede ser difícil tener una definición que todos podamos aceptar, ya que la medida depende a menudo de nuestras metas individuales.
Debemos, más bien, hacernos la pregunta, ¿Qué es lo que haría que Dios me vea como una persona exitosa? La perspectiva del mundo fluctúa, pero el concepto del Señor es constante: para el Señor, mi mayor éxito es el deseo de que siga siendo la persona que Él me ha llamado a ser, y que alcance las metas que Él me ha ayudado a establecer.
Deje, por un momento, que estas palabras penetren hondamente en su conciencia; léalas de nuevo, esta vez en voz alta. Todo lo demás que le diré sobre el éxito, depende de la crucial afirmación anterior; así que, asegúrese de comprenderlo.
Hay dos elementos importantes en la declaración. Primero, que nuestro éxito depende de ser lo que Dios quiere que seamos. Segundo, que depende de hacer lo que Él nos llama a hacer. En ambas áreas, Dios es lo primordial. Nuestro objetivo es entender plenamente lo que Él ha determinado para nosotros. Por tanto, nuestras victorias le pertenecen a Él en última instancia, y Él merece todo el reconocimiento.
Usted no puede tener éxito si deja a Dios fuera de su vida. Ahora bien, de acuerdo a los esquemas del mundo, podrá parecer que "lo tiene todo", pero ¿cuál es el valor eterno de la fama y la fortuna? Es cierto que no hay nada intrínsecamente malo en estas cosas, pero debemos vencer la idea de que "FAMA + FORTUNA = ÉXITO". El dinero y la fama no pueden dar paz, gozo, amor y contentamiento duraderos, ni tampoco la seguridad eterna, que sólo están disponibles a través del amor de Dios en Jesucristo.
Los cristianos no necesitamos llevarnos nuestros tesoros, porque ya los hemos enviado anticipadamente. Al buscar tener una vida motivada por objetivos piadosos, ya estamos acumulando un gran tesoro en el cielo (Mt 6.20, 21). Por tanto, nuestro verdadero valor se medirá por nuestra recompensa eterna, no por nuestra riqueza terrenal.
Usted podrá preguntar: "¿Debemos, entonces, despreciar las riquezas materiales?" No, en absoluto. Pero tenemos que ser muy claros, la fama y la fortuna pueden ser los resultados externos del éxito, pero ellas no son un éxito en sí mismas. Recuerde que éxito no es lo que usted tiene, sino lo que es. En su sentido más puro, éxito es simplemente ser la persona que Dios le ha llamado a ser.
Si pensamos de esta manera, ¡sin duda que Dios estará interesado en nuestro éxito! Y no sólo estará interesado, sino que deliberadamente nos animará a triunfar. La Biblia ofrece cuatro pruebas:
Primero, Dios planea que triunfemos. Vemos esto en la vida de muchos hombres y mujeres de la Biblia. Por ejemplo, ¿recuerda usted la historia de José en Génesis, capítulos 37-50? Según el esquema del mundo, José estaba condenado al fracaso desde el principio. El joven hebreo había sido maltratado y vendido como esclavo por sus propios hermanos, y durante años tuvo una vida como esclavo y preso. Pero, en todo lo que José hizo, Dios lo hizo prosperar.
En estos importantes capítulos de Génesis, vemos a José como un joven pastor, luego como un esclavo, más tarde como un preso y, al final, ¡como el primer ministro de Egipto! Dios, sin duda, había planeado el éxito de su siervo fiel, aun en esos años cuando todo parecía perdido.
Las Escrituras ofrecen relatos semejantes. Moisés, David, Nehemías y Josué muestran este mismo tipo de plan divino que los haría famosos. Y, por supuesto, no nos olvidemos de los apóstoles; florecieron en el primer siglo, y llevaron las buenas nuevas de salvación a todo el mundo. Usted tiene, sin duda, que considerar que la misión fue un éxito, o no tendríamos hoy iglesias ni las palabras de Jesucristo, en absoluto.
En cada uno de estos ejemplos, las personas descubrieron lo que el Señor quería que hicieran; dedicaron sus vidas a ello; se dejaron guiar por los preceptos divinos; y lograron sus metas. A los ojos de Dios, todos ellos fueron exitosos.
Segundo, Dios provee para nuestro éxito. Tengo estantes de libros sobre el tema del éxito, y todavía no he encontrado un principio básico del éxito que no se encuentre también en la Palabra de Dios. La Biblia contiene todos los conceptos fundamentales sobre el éxito, que he encontrado en cualquier otro libro. Los diferentes autores pueden tomar de la Biblia una idea y escribir un libro sobre ella, pero ellos no crearon el principio.
Algo que he visto a menudo mencionado en estos libros es la necesidad absoluta de la fe. Ahora bien, algunos autores pueden decir que el éxito depende de la fe en uno mismo, mientras que otros apuntan a la creencia en algún "poder superior". Pero, como seguidores de Jesucristo, podemos señalar esa fuente de nuestra fortaleza: es Dios todopoderoso, quien cuida de nosotros. Es que sólo Dios es el autor del éxito. Sin Él, una persona sólo conocerá el fracaso.
Tercero, Dios nos prepara para el éxito. Porque nos llama a ser luces en un mundo de tinieblas, Él nos ha dado lo que necesitamos para ser hombres y mujeres de éxito. Por ejemplo, cada creyente ha recibido ciertas capacidades o dones espirituales. Son regalos maravillosos que nos permiten hacer las cosas que el Señor nos llama a realizar.
El Señor también nos ha equipado al dar a cada creyente el Espíritu Santo. Él nos pone en contacto íntimo con el Padre celestial, da poder a nuestra vida diaria, nos enseña las cosas de Dios, y nos da su discernimiento. En el poder del Espíritu Santo podemos tomar decisiones asombrosas inspiradas por Dios. Es que Dios no ha creado a las personas para que fracasen. Eso a Él no le daría ninguna gloria. Al contrario, nos da lo que necesitamos para que tengamos éxito en lo que Él nos ha llamado a hacer.
Cuarto, Dios nos promete el éxito. Usted podría decir: "Bueno, si Dios me ha prometido el éxito, entonces en el camino se equivocó". No, no ha sido así. Si estamos teniendo problemas para tener éxito en algunas áreas de nuestras vidas, es posible que seamos nosotros quienes hemos perdido la brújula.
¿Qué le dijo el Señor a Josué? Que se esforzara y fuera valiente, que obedeciera su Palabra, y sus mandamientos. ¿Cuál sería el resultado? "Harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien" (Jos 1.7, 8). La fórmula para el éxito está escrita en la Biblia.
Condiciones para el éxito
Aquí tenemos, entonces, lo que no podemos perder de vista: Dios puede haber planeado, provisto, equipado y prometido, pero nuestro éxito personal tiene algunas condiciones. En realidad, el Señor no nos hará exitosos sin que hagamos nuestra parte.
Por tanto, debemos prestar atención a tres condiciones específicas:
  1. Debemos fijarnos metas dadas por Dios. Busque la voluntad del Señor, y tenga metas tangibles para lo que Él quiere llevar a cabo. Su voluntad no sucede por accidente; debemos tomar la decisión de buscar a Dios.
  2. Debemos andar en obediencia delante del Padre en la consecución de estos objetivos. ¿Cómo podemos esperar que Dios nos ayude a triunfar en la vida, si preferimos desobedecer los principios de su Palabra? La Biblia nos dice cómo vivir; tenemos que someternos a su dirección para lograr las metas que nos hemos fijado.
  3. Debemos confiar plenamente en el Espíritu Santo, poniendo en práctica los principios del éxito dados por Dios. No podemos ir por la vida actuando como el hombre orquesta, que lo hace todo solo. Podemos tener éxito en Cristo sólo cuando nos sometemos por completo a la dirección del Espíritu de Dios.
El Señor define nuestras metas y nos equipa para lograrlas, nunca debemos avergonzarnos de reclamar las bendiciones que Él da con ese propósito. Por tanto, debemos hacer un alto y analizar nuestra definición del éxito a la luz de la Palabra. En verdad hay sólo una manera de lograr el éxito: la manera de Dios.

Por  Charles F. Stanley



Ejemplo de vida que todos podemos llegar lejos!!!

Nick Vujicic, nació sin extremidades. Los médicos no encuentran explicación científica, para este “defecto de nacimiento”. Cuando este australiano, nació en Melbourne el 4 de diciembre de 1982, sus padres se quedaron sin fuerzas, al comprobar que su primogénito había venido al mundo sin extremidades. No tuvieron advertencias previas ni tiempo de prepararse para esto. Los médicos estaban atónitos y no tenían respuesta alguna. No hay una razón médica de porqué pudo suceder. Ahora tiene un hermano y una hermana que nacieron perfectamente, como cualquier bebé...

La ley de su país, no permitía que se integrara en una escuela común debido a su incapacidad. Su madre peleó con todas sus fuerzas para que esa Ley fuera cambiada. Nick, fue uno de los primeros estudiantes discapacitados, que fue integrado en las escuelas comunes. Al principio tuvo que soportar las burlas del resto de los niños, quienes lo veían como algo diferente como algo raro. En muchas ocasiones estuvo a punto de tirar la toalla y dejar el colegio, no tenía ganas ni de verse. Pero con la ayuda de sus padres, empezó a luchar y a intentar realizar cosas, practicando continuamente, día a día, para conseguir la manera de valerse por si solo, al tiempo que ignoraba a quienes lo maltrataban, intentando ganarse la confianza de todos. Les intentaba enseñar que aunque por fuera eran distintos, por dentro eran completamente iguales. Y con el tiempo sus compañeros, se fueron dando cuenta de su error, aceptándolo. Por lo que Nick, iba haciendo con el paso del tiempo, nuevos amigos.

Tras muchos altibajos emocionales, que en muchas ocasiones le llevaron a profundas depresiones y momentos de soledad, supo anteponerse a la vida, a su maltratada vida. Con 24 años, terminó sus estudios de Comercio, Planeación Financiera y Contabilidad. Actualmente imparte conferencias sobre motivación personal, compartiendo su historia y testimonios, allí donde puede o le llaman. En especial, anima y fortalece a estudiantes, sobre los tópicos que les afectan hoy en día.

En los últimos años ha aprendido a independizarse, realizando actividades (como cepillarse los dientes, peinarse, etc…), que a nosotros nos parece totalmente, normal, por lo cotidiano y lo sencillo, pero para él fue una guerra, una auténtica guerra a la que ganó todas las batallas.

Nick, es a sus 25 tortuosos años de vida, un ejemplo de superación. Una lección para todos nosotros, que con el simple hecho de visionar su video, nos enseñará muchas cosas y sin lugar a dudas nos cambiara (aunque sea un poco) nuestras vidas.


Video
Ahora te quiero invitar a ver un video Sobre como vive Nick un dia normal, veras que muchas veces nos quejamos de lo que no tenemos y por ello no vemos lo valioso que es lo que tenemos.


“Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; Pruébame y conoce mis pensamientos; Y ve si hay en mí camino de perversidad,Y guíame en el camino eterno”.
Salmos 139: 23-24
En la vida diaria nos preocupamos por tantas cosas como por ejemplo: ¿Que ropa me voy a poner hoy?, ¿Que haré este día?, ¿Cómo haré en el parcial o examen si no he estudiado?, ¿Será que la chica(o) de mis sueños me hará caso?, además nos preocupamos por quedar bien con las personas, ya sea nuestros amigos, nuestro familiares o nuestra novia o para los que estamos casados tratamos de quedar bien con nuestra esposa, etc, etc. Pero rara vez nos preocupamos por quedar bien con Dios.
¿Será que Dios no se merece la misma atención que se merece nuestro mejor amigo, nuestra novia o esposa?, claro que la pregunta es obvia y a cualquier persona que se la preguntara me respondería: “claro Dios se merece aun mas atención que cualquier persona”, todos contestaríamos muy espirituales y mas que uno sacara un texto Bíblico para apoyar su respuesta.
Pero mas allá de la teoría y de lo mucho que podemos sabes, ¿Será que realmente estas preocupado por quedar bien con Dios?, ¿De mejorar nuestra relación personal con el día a día?, pues es una pregunta que te has de responder instantáneamente si eres sincero contigo mismo.
A través de este tema quiero enseñarte el valor que tiene reflexionar sobre ¿Cómo esta nuestra relación con Dios? y ¿Que estamos haciendo para mejorarla?, o si realmente no es uno de nuestro objetivos principales en la vida y nos hemos acomodado a vivir una vida mediocre.

EL ENCONTRARSE CON DIOS ES LO MEJOR.

Una de las cosas que jamás olvidare es el día que me encontré con el Señor, pues mi vida jamás volvió hacer igual, Jesús cambio por completo mi vida y me dio una verdadera razón porque vivir, ese mismo día hice un trato con Dios de servirle por toda mi vida y hasta este día puedo decir: “Señor misión cumplida”.
A lo mejor tú te recuerdas también cómo fue tu encuentro con Dios, seguramente jamás se te olvidara y habemos muchos que llevamos la cuenta exacta en años, meses, días y horas desde que nos encontramos con nuestro Señor.
Nadie te va a negar que los primeros meses en los caminos de Dios son de los mejores, pues estas aprendiendo tantas cosas que no queres parar de aprender, tu corazón es tan humilde que no anda pensando “que nota sonó mal en las alabanzas”, o “que error del predicador que en lugar de decir que Noe construyo un arca dijo que Moisés lo había hecho”, todo eso no existe cuando estas sensible a la voz de Dios. Son momentos en los que lo único que te importa es hablar con El, leer su Palabra y aprender más de El, quieres llenarte de su presencia y servirlo por toda la eternidad.
En la etapa de recién convertido es donde te importa realmente agradar a Dios, es en donde dieras todo por escuchar una voz del cielo que dice: “Estoy orgulloso de ti”, pues estas tan ansioso por agradarlo y por quedar bien con El, que los errores que te rodean no importan.

DESPUÉS DE ALGUNOS MESES Y ALGUNOS OBSTÁCULOS.

Si tú eres una persona que te has parado sobre la Roca que es Cristo, nada ni nadie te moverá y seguirás con el mismo ritmo de cuando iniciaste.
Lastimosamente hay muchos que van descuidando su relación personal con Dios, esta clase de personas van poco a poco olvidándose de su verdadera meta que es: “agradar a Dios”, y comienzan a ver tantas situaciones que en lugar de hacerlos crecer espiritualmente les impide ver resultados, pues están tan afanados en ver errores entre los que le rodean, que tratar de vivir una vida agradable a Dios.
Es triste ver a tantas personas que un día fueron grandes servidores y ahora viven criticando a medio mundo y olvidándose de Dios.

CARACTERÍSTICAS DE UNA PERSONA QUE ESTA DESCUIDANDO SU RELACIÓN PERSONAL CON DIOS.

Existen muchas características de cuando una persona esta descuidando su relación personal con Dios, tratare de citar las mas comunes sabiendo de antemano que pueden ser muchas mas:
Su Carácter comienza a variar: quizá era una persona muy amable y servicial, pero sin darse cuenta fue descuidando su relación personal con Dios y su carácter poco a poco comenzó a ser el mismo que era antes. Su rostro comienza a cambiar nuevamente y a denotar una falta de paz interior que solo Jesús da.
Las Criticas comienza a aparecer: Cualquier cosa por mínima que sea le parece mal, para el pareciera que todos hacen las cosas mal y que no son dignos de estar en los puestos que están. Critica desde las personas que están en la entrada de la congregación, pasando por las alabanzas y terminando por el mensaje que se dio. Definitivamente su relación personal con Dios esta descuidada.
Su vocabulario comienza a cambiar: Si las palabras de ofensa se habían extinguido, con la falta de búsqueda del Señor comenzaron nuevamente a salir aquellas palabras que en nuestra cultura son denominadas malas. Su vocabulario no es ya el de un hijo de Dios sino mas parece el vocabulario de una persona que jamás a conocido de Dios.
Deja de congregarse y de servir: no en todos los casos los que dejan de servir es porque están olvidándose de Dios, pero en la mayoría de casos si, su mismo distanciamiento con Dios los hace valorar poco el hecho de servirle a aquel que dio todo por nosotros.
Tienden a poner otras cosas antes que a Dios: Si su primer lugar antes lo ocupaba Dios, ahora le da prioridad a otras cosas como por ejemplo: al deporte, a los amigos, a su novia(o), etc.

¿CÓMO ESTA MI RELACIÓN PERSONAL CON DIOS?

Es fácil juzgar, pero también es difícil, puesto que nadie conoce tu interior, solamente Dios, en pocas palabras nadie puede asegurar como esta tu relación con Dios pues nadie puede ver lo que hay en tu corazón. Pero también hay una balanza que se llama: “FRUTOS”, es decir que por nuestros frutos nos conocerán, si tu dices tener una relación personal muy buena con Dios, pero tus FRUTOS (ósea tu exterior o tu testimonio) no lo demuestran, entonces solo estas quedando en las palabras.
Es fácil andar pregonando que nuestra relación personal con Dios es buena, pero mas allá de hablar y hablar, Dios demanda frutos. Si yo digo tener una buena relación personal con Dios, por ende mis frutos dará muestra de ello y toda mi vida girara alrededor de tratar de agradar a Dios.
No voy a juzgarte por como estas viviendo, pero si tienes que entender que debes prestar mas atención a Dios, tratarlo de agradar y de servir. No te puedes pasar la vida diciendo que TODO esta bien cuando tú sabes muy bien en el interior que las cosas no están tan bien como tú piensas.
Nunca nos podremos engañar a nosotros mismos, cada uno de nosotros sabemos como esta nuestra relación con Dios y cada uno sabemos que cosas están impidiendo que caminemos como Dios quiere que caminemos.
Es hora que te levantes en el Nombre del Señor y que comiences a vivir con un objetivo fijo, ese objetivo de agradar a Dios, quizá tu seas una persona que se preocupa por quedar bien con tus amigos o conocidos, pero pocas veces te preocupas por quedar bien con Dios.
Quizá tu tratas por todas las manera posibles de agradar a las personas que amas, pero no demuestras el mismo interés por agradar a Dios que el que demuestras por agradar a tus seres queridos. Momento, es hora de reflexionar sobre la importancia de Dios en mi vida, sobre la importancia que tiene para mi el hecho de agradar a Dios y mantener una relación excelente con El.
Tus errores no te van alejar de Dios si tu no lo permites, puesto que Dios siempre esta dispuesto a perdonarte y levantarte para luchas cada día con mas fuerzas.

Contesta sinceramente las siguientes preguntas:

  • ¿Tienes algún área en tu vida que te afecta espiritualmente?, ¿Qué estas haciendo para vencerla?
  • ¿Cuánto tiempo en el día le dedicas al Señor?
  • ¿Cuándo fue la última vez que te gozaste alabando al Señor?
  • ¿Cuándo fue la última vez que le hablaste a alguien de Cristo?
  • ¿Cuándo fue la última vez que leíste un libro completo de la Biblia y te edificaste?
  • ¿Cuándo fue la última vez que serviste con mucho gozo?
  • ¿En tus decisiones tomas en cuenta Dios?
  • ¿Cuándo fue la última vez que lloraste delante de la presencia de Dios?
  • ¿Cuándo fue la última vez que conversaste con Dios?
Se tu mismo tu propio juez, y has una reflexión sobre ¿Qué te esta pasando?, y no solo quedar en la reflexión sino que mas allá de eso debes levantarte y dejar de estar acomodado a la vida que llevas, pues la voluntad de Dios es que tu tengas una verdadera comunión con El, pues para eso te ha llamado.

Es hora de tratar de agradar a Dios y las demás cosas vendrán por añadidura.

“Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.”

San Mateo 6:33

Autor  Enrique Monterroza

La semana pasada llevé a mis niños a un restaurante. Mi hijo de 6 años de edad preguntó si podía dar las gracias. Cuando inclinamos nuestras cabezas el dijo: «Dios es bueno, Dios es grande. Gracias por los alimentos, yo estaría aún más agradecido si Mamá nos diese helado para el postre. Libertad y Justicia para todos. Amén»
Junto con las risas de los clientes que estaban cerca, escuché a una señora comentar: «Eso es lo que está mal en este país, los niños de hoy en día no saben cómo orar, pedir a Dios helado… ¡Nunca había escuchado esto antes!» Al oír esto, mi hijo empezó a llorar y me preguntó: «¿Lo hice mal? ¿Está enojado Dios conmigo?
Sostuve a mi hijo y le dije que había hecho un estupendo trabajo y Dios seguramente no estaría enojado con él.
Un señor de edad se aproximó a la mesa. Guiñó su ojo a mi hijo y le dijo: «Llegué a saber que Dios pensó que aquella fue una excelente oración».
¿En serio? – Preguntó mi hijo. – ¡Por supuesto! Luego en un susurro dramático añadió, indicando a la mujer cuyo comentario había iniciado aquel asunto: «Muy mal, ella nunca pidió helado a Dios. Un poco de helado, a veces es muy bueno para el alma».
Como era de esperar, compré a mis niños helado al final de la comida. Mi hijo se quedó mirando fijamente el suyo por un momento y luego hizo algo que nunca olvidaré por el resto de mi vida. Tomó su helado y sin decir una sola palabra avanzó hasta ponerlo frente a la señora. Con una gran sonrisa le dijo: «Tómelo, es para usted. El helado es bueno para el alma y mi alma ya está bien».
Autor (desconocido)

un pastor iba de viaje manejando su carro, y vio a un hombre anciano caminando en la carretera, decidió subirlo al carro. Mientras viajaban el anciano le dijo al pastor;

¿Hijo, sabes lo que paso anoche allá en el cielo?

El pastor se asusto y rápidamente paro el carro y pregunto;

“¿señor, esta Ud. bien? ¿Cómo obtuvo información del cielo?”

Pregunto el pastor.

El anciano dijo; anoche en el cielo Dios estaba bien enojado contra el hombre y les dijo a los ángeles que tocaran la trompeta. Los ángeles levantaron la trompeta y cuando ellos iban a comenzar a soplarle a la trompeta FUE CUANDO JESÚS, se postro delante de Dios y comenzó a suplicar con lágrimas en los ojos. ENTONCES SANGRE FRESCA COMENZÓ A SALIR DE SUS MANOS Y DE SU CUERPO. Cristo le dijo a Dios que tuviera misericordia para que su muerte no fuera en vano. Dios al ver las heridas de su hijo; y al ver el dolor de sus santos y también y la perversidad de los malos, dijo Dios “LES VOY A DAR UNA ULTIMA OPORTUNIDAD.” Jesús se volvió a los ángeles y les dijo que fueran un gran número de ángeles a toda prisa por todas partes del mundo y les dijeran al mundo entero que: “EL FIN ESTA CERCA Y QUE JESÚS VENIA PRONTO”

El pastor limpiándose las lágrimas pregunto: señor ¿Cómo Ud. sabe todo esto?

El anciano respondió: yo soy uno de esos ángeles que fueron enviados al mundo.

Y continuo diciendo al pastor:

“Por favor usa todos los medios de comunicación y manda este mensaje. No hay tiempo que perder” y el anciano desapareció….

En resumen: Esta historia es real, CRISTO VIENE PRONTO…

En el vientre de una mujer embarazada se encontraban dos bebés. Uno pregunta
al otro:

-¿Tú crees en la vida después del parto?
- Claro que sí. Algo debe existir después del parto.
Tal vez estemos aquí porque necesitamos prepararnos para lo que seremos más tarde.

- ¡Tonterías! No hay vida después del parto. ¿Cómo sería esa vida?
- No lo sé pero seguramente... habrá más luz que aquí. Tal vez caminemos con nuestros propios pies y nos alimentemos por la boca.
- ¡Eso es absurdo! Caminar es imposible.
¿Y comer por la boca? ¡Eso es ridículo! El cordón umbilical es por donde nos alimentamos.
Yo te digo una cosa: la vida después del parto está excluida. El cordón umbilical es demasiado corto.
- Pues yo creo que debe haber algo. Y tal vez sea sólo un poco distinto a lo que
estamos acostumbrados a tener aquí.
- Pero nadie ha vuelto nunca del más allá, después del parto.
El parto es el final de la vida. Y a fin de cuentas, la vida no es más que una angustiosa existencia en
la oscuridad que no lleva a nada.
- Bueno, yo no sé exactamente cómo será después del parto, pero seguro que veremos a mamá y ella nos cuidará.
- ¿Mamá? ¿Tú crees en mamá? ¿Y dónde crees tú que está ella?
- ¿Dónde? ¡En todo nuestro alrededor! En ella y a través de ella es como vivimos.
Sin ella todo este mundo no existiría. - ¡Pues yo no me lo creo! Nunca he visto a mamá, por lo tanto, es lógico que no exista.
- Bueno, pero a veces, cuando estamos en silencio, tú puedes oírla cantando o sentir
cómo acaricia nuestro mundo. ¿Sabes?...
Yo pienso que hay una vida real que nos espera y que ahora solamente estamos preparándonos para ella...

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