Mi querido esposo John y yo, estuvimos casados por 46 años. Cada Día de los Enamorados, él me enviaba el más hermoso ramo de flores con una nota de cinco palabras muy sencillas: ‘Mi amor por ti crece”. 
Cuatro hijos, 46 ramos de flores y una vida de amor fueron su legado para mi cuando falleció hace dos años atrás. En mi primer Día de los Enamorados sola, diez meses después de haberlo perdido, me sorprendí cuando recibí un hermoso ramo de flores dirigido a mí… de parte de John. 
Enojada y con el corazón destrozado llamé a la florería para decir que había habido un error. 
La persona me dijo: ‘No señora, no es un error. Antes de fallecer, su marido prepagó por muchos años y nos pidió que le garantizáramos que usted seguiría recibiendo los ramos cada día de San Valentín.’ Con un nudo en la garganta, colgué el teléfono y leí la tarjeta. Decía: ‘Mi amor por ti es eterno’.
1 Corintios 13: 4-8
“El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad.  Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.  El amor nunca deja de ser.A

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