Hace mucho tiempo en el cielo un ángel miraba la tierra con cierta cólera y burla. Sus ojos miraban un mundo al cual él no le hallaba ningún sentido, es más los humanos le parecían tan poca cosa. Seres que no sabían amar, de pronto sin darse cuenta sus pensamientos fueron en voz alta. Y dijo así: -pobres humanos sus torpes cabezas confunden todo con el amor, para ellos todo es sufrimiento.
No conocen nada del amor, mucho menos de lo que significa, dolor o pena. Estas personas ignorantes jamás sabrán lo que es el amor. No puedo entender como Dios creó tanta imperfección. Dios que todo lo oye, al escuchar lo que el ángel había dicho sintió mucha pena, entonces acercándose le dijo: - Ángel mío ¿por qué tanta cólera?, ¿acaso crees que es fácil para ellos vivir de la forma en que viven en ese mundo?, tú mi ángel lo tienes todo aquí no hay hambre, enfermedad, muerte…
Sé que ellos tienen mucho que aprender, pero es parte de ser mejores de estar algún día en tu lugar, pero eso no los hace insignificantes, ¿por qué tanto desprecio para con mis pequeños hijos y por qué tanta cólera de tu parte? ángel mío debes aprender una lección y por eso te enviaré a la tierra como un ser humano y pasarás por todas las cosas que ellos pasan, serás uno más entre ellos.
Entonces Dios envió al ángel a la Tierra y mientras bajaba sus alas desaparecieron… El ángel nació en una familia de recursos regulares, sus padres eran personas responsables, amorosas que cuidaron muy bien de él.
Muchas veces llegaban tan cansados que ni siquiera probaban bocado, el poco tiempo que les quedaba se lo dedicaban al ángel a pesar del cansancio. Entonces el ángel conoció el amor más tierno e importante: el amor de los padres y el de los hijos para con ellos.
Conforme creció, el ángel iba conociendo muchas cosas del mundo y entonces la familia se agrandó pues llegaron hermanitos. Para entonces la situación era muy difícil la familia había crecido y el dinero no alcanzaba, entonces les tocaba comer lo que alcanzaba y había. Pero todo con amor parecía alcanzar y todos se cuidaban y compartían, entonces el ángel también conoció el amor fraternal. Así paso el tiempo, el ángel creció. Tuvo que trabajar y ganar su dinero, se dio cuenta que la vida a veces era dura, pero que también tenía su recompensa.
Así conoció una joven y se enamoró se casaron y tuvo hijos, entonces conoció otra parte del amor, que estaba llena de responsabilidad, sacrificio y que era un amor sumamente fuerte: el amor a sus hijos.
El ángel a lo largo de su vida tuvo momentos de felicidad, tristeza, dolor, pero todos esos momentos compensaban el tener en sus brazos a sus hijos.
De pronto el ángel se empezó a sentir mal y enfermó, tenía dolores muy fuertes y no sabía por qué. Entonces lo llevaron al médico y le dijo que tenía que hacerse un trasplante de riñón. El ángel sufría día tras día cada dolor de su enfermedad, pero como había hecho muchos amigos todos querían donarle el riñón y se sometieron a los exámenes para ver si eran compatibles. Así cada uno de sus amigos fue posible donador, entonces eláÁngel se dio cuenta de que los humanos eran muy buenos y nobles y que también ellos sabían amar.
Pero a pesar de toda la voluntad y ganas que tenían ellos de ayudar ninguno de ellos eran compatibles para donar, entonces los dolores eran cada vez más fuertes, pero sus amigos siempre estaban allí para darle fuerza y apoyo. Cada noche se turnaban para cuidarlo, el ángel miraba a cada uno de ellos con mucha ternura y gratitud. Sabía que muchas veces se agotaban y cansaban, pero que jamás de los jamases se lo demostraban y no declinaban en las ganas de encontrar un donante.
Entonces el ángel se quedó en silencio como si quisiera escuchar sus latidos, como si quisiera escuchar su interior, cada parte de su ser y luego muy lentamente abrió sus ojos y ellos parecían traspasar el techo de aquel hospital. Entonces miró el cielo, un cielo azul, era el cielo más hermoso que jamás había visto. Miró a su alrededor y vio a esos seres como nunca antes los había mirado, y cerrando sus pequeños ojos imaginó el sol y la tierra, los árboles y demás, entonces dijo:
-Maravillas has hecho mi Señor y nunca antes pude contemplarlas con tanta majestuosidad, ¡cuán sabio eres oh mi Señor!, pues estos seres que miré con arrogancia, fueron leales me dieron amor, cuidado y también mucha fuerza, cuando quise flaquear aprendí mucho, yo que creía saberlo todo, aprendí que hay tantas formas de amar.
Entonces Dios le dijo:
-Mi querido ángel ha llegado el momento de partir tu lección ha terminado.- y el ángel con lágrimas en los ojos le dijo: -Mis padres, mis hijos y mi esposa algún día cuando llegue el momento estarán con nosotros en el cielo. Dios le contestó:- no te preocupes ángel mío -Pero Señor como poder volver no tengo mis alas.
- Y Dios le contestó: - tus alas crecían con cada lágrima que derramaste, con cada lección que aprendiste, mírate ya las tienes, están nuevamente contigo -Entonces Señor permíteme despedirme de mis familiares y amigos.
-Ya lo hiciste hijo mío- le contestó Dios -no hay tiempo para más. Y el ángel se levantó, extendió sus alas y voló hacia el cielo azul, donde lo esperaban miles de ángeles, pero no sin antes mirar esa hermosa tierra verde, ese maravilloso mundo que le enseñó que cada ser humano tiene un ángel dentro, que sólo hay que dejar que ese ángel salga, que llegue el momento y que sus alas crezcan, para poder volar aquel maravilloso cielo azul y estar junto a nuestro Creador.
¿Qué esperas para dejar salir ese ángel, y que tus alas estén lo suficientemente grandes para volar al lado de nuestro Padre?
Saquemos ese ángel interior que todos tenemos...
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